Creemos que Jesucristo es el Hijo de Dios, el único camino a Dios y salvador del mundo, nacido de la Virgen María, crucificado y resucitado y que vive hoy para dar nueva vida a todo aquel que cree en Él y confiesa Su nombre. Somos cristianos evangélicos y nos dedicamos a compartir el amor de Dios por medio de la enseñanza de La Palabra de Dios para alcanzar a la gente amada de Cáceres. (Una iglesia de la Federación Asambleas de Dios de España).

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De las pruebas salen perlas

Lectura: Mateo 7:13-14;

(Apocalipsis 21:21) “Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era de una sola perla; y la calle de la ciudad era de oro puro, como cristal transparente.”

Una ostra del fondo del mar abrió su concha de par en par para dejar entrar el agua refrescante. Mientras pasaba el agua, las branquias recogían alimento y lo enviaban al estómago. De pronto, pasó por allí un inmenso pez, y de un coletazo levantó una nube de arena. ¡Arena! ¡Qué poca gracia le hacía la arena a la ostra! Era tan áspera que le amargaba la vida y le producía gran incomodidad. ¡Qué mal lo pasaba cada vez que entraba un poco de arena en su interior! La ostra se apresuró a cerrar la concha de golpe, pero ya era tarde. Un molesto granito de arena había logrado introducirse entre su cuerpo y la concha.

¡Cómo fastidiaba a la ostra aquel granito de arena! Pero casi al instante, unas glándulas con las que Dios la había dotado se activaron y comenzaron a envolver el incómodo granito de arena con una sustancia preciosa, suave, anacarada. Año tras año, la ostra añadía más capas de aquella sustancia al granito de arena, hasta que terminó produciendo una hermosa perla reluciente, de gran valor.

El libro de Apocalipsis nos habla de la Nueva Jerusalén y sus doce puertas de perla. Entendiendo lo que sabemos de cómo se forman las perlas, podemos entender también que para entrar por estas puertas tenemos que caminar por la senda angosta. (La palabra “angosta” viene de la palabra “angustia”.)

Por esto el apóstol dijo, “fortaleciendo los ánimos de los discípulos, exhortándolos a que perseveraran en la fe, y diciendo: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hechos 14:22).

A veces nuestros problemas y defectos son en cierta forma como ese granito de arena. Nos irritan y no nos explicamos por qué los tenemos y por qué nos producen tanta molestia e incomodidad. Sin embargo, si permitimos que Dios obre en nuestra vida, Su gracia comienza a obrar milagros con nuestros problemas y flaquezas. Nos volvemos más humildes, más sumisos, oramos con más fervor, estrechamos nuestra relación con el Señor, obramos con más acierto y aprendemos a hacer frente a las contrariedades con mayor eficacia. Dios escribe derecho con renglones torcidos, y no tarda en transformar los toscos granos de arena que nos trae la vida en valiosas perlas de entereza, que llegan a ser fuente de esperanza y contribuyen a levantar el ánimo de muchas otras personas.

(Job 28:18) “Coral y cristal ni se mencionen; la adquisición de la sabiduría es mejor que las perlas.

posted by Prince and Gina Parker @ 11/13/2006 12:57:00 p. m.,

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