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Introducción: En nuestro andar con el Señor es necesario pasar por nueve pruebas distintas para purificar nuestra fe y llegar a ser a la semejanza de nuestro Señor. Las pruebas que hemos visto son: “La prueba del desierto” y “La prueba de tiempo”.
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I.) La prueba de tus motivos: Moisés y Dios – Ananías y Safira.
A.) Cristo dijo, “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” (Mateo 5:8).
1.) Esta palabra “limpio” significa, transparente, puro, lavado, purgado de lo malo.
2.) Desde la caída el corazón humano ha sido un peligro espiritual y moral para nosotros (Génesis 6:5 y 8:21b) “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal… porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud;…”.
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B.) No podemos confiar en nuestro propio corazón (Salmos 28:26) “El que confía en su propio corazón es necio” – por esto Cristo nos tiene que dar un nuevo corazón (Jeremías 17:9-10) “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? (10) Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras”.
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(Ezequiel 11:19) “Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne”.
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1.) Dios pone a prueba nuestros motivos – y nosotros mismos debemos examinar sinceramente nuestros motivos sobre todo lo que hacemos.
C.) Dios puso a prueba los motivos de Moisés en (Éxodo 32:7-14).
1.) Dios quería saber si Moisés buscaba su propia gloria o Su gloria. También quería saber si en verdad amaba a su pueblo tanto para interceder por ellos.
2.) Moisés ya había pasado las pruebas del desierto y del tiempo y ahora estaba pasando la prueba de sus motivos. Él pasó esta prueba con éxito.
D.) Ananías y Safira fallaron la prueba de sus motivos (Hechos 4:34-5:11).
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Conclusión: La prueba de tus motivos sirve para manifestar el estado de nuestros corazones – si nuestras intenciones son egoístas, sensuales, engañosos, o sinceros. Dios quiere refinar nuestros motivos para hacernos de puro corazón y de esta manera glorificar a Dios en nosotros y en el mundo (Salmos 51:10).
Etiquetas: Sermón
posted by Prince and Gina Parker @ 3/07/2009 12:14:00 p. m.,