Cazando El Conejo
Lectura: Juan 4:4-42; Isaías 55:6-13
(Salmos 27:8) “Cuando dijiste: Buscad mi rostro, mi corazón te respondió: Tu rostro, Señor, buscaré.”
Un joven campesino llegó a su pastor un poco desilusionado y le preguntó, "¿Porqué hay tantas personas que comienzan en los proyectos y planes que creemos que Dios ha puesto en tu corazón para la iglesia, pero después de semanas o meses muchos dejan de participar con el mismo vigor que cuando comenzaron?"
El pastor le miró y contestó, "Anoche mi perro vio un conejo corriendo entre los arbustos del campo y comenzó a perseguirle ladrando ruidosamente. Muy pronto otros perros se juntaron a la caza ladrando y corriendo. Corrieron una gran distancia y alertaron a un buen número de perros, muchos de los cuales se juntaron a la caza. Muy pronto la noche esta llena de los sonidos de su aventura y siguieron al pobre animal hasta muy noche. Pero después de un tiempo muchos de los perros se cansaron y dejaron el acorralamiento del elusivo roedor. Unos cuantos siguieron la liebre hasta la madrugada pero al amanecer mi perro estaba solo buscando su presa hasta que volvió a la casa, bien contento, con su botín."
Luego de contar su relato el pastor preguntó al joven, "¿Entiendes lo que te he contado?" El joven le miró perplejo y dijo, "No, explícamelo por favor." "Es sencillo," dijo el pastor, "mi perro vio el conejo y los otros le seguían tan sólo a causa de su entusiasmo."
En Juan 4 muchos de los samaritanos creyeron en Cristo por la experiencia de la mujer que habló con Él junto al pozo de Jacob. Pero, "muchos más creyeron por Su palabra, y decían a la mujer: Ya no creemos por lo que tú has dicho, porque nosotros mismos le hemos oído, y sabemos que éste es en verdad el Salvador del mundo." (Juan 4:41:42).
Estos samaritanos creyeron que Jesús era el Salvador del mundo porque ellos habían tenido un encuentro personal con Él; la palabra de la mujer no era suficiente para ellos. Esto esta perfectamente bien y no presenta ningún desafío para Dios. Algunas personas son inspiradas a creer sencillamente con oír el testimonio de otros y esto es maravilloso. Pero aún después de haber creído el testimonio de la mujer, fueron para escuchar a Jesús personalmente y su fe tuvo aún más fundamento. Otros buscaron a Jesús por curiosidad y creyeron porque tuvieron una experiencia con Él al oír Su Palabra. En ambos casos tuvieron en encuentro personal con Cristo y su fe no estaba apoyada sobre una base prestada.
Lo mismo tiene que pasar con nosotros. Cada individuo debe tener su propio encuentro con Jesucristo y conocerle a base de su propia experiencia. No basta confiar en la experiencia de tus padres, amigos o de tu iglesia. Cuando uno ha tenido su propio encuentro con Cristo, tendrá el ardiente deseo de buscar a Dios de todo corazón y anhelar Su presencia. Es necesario tener frecuentes y renovados vislumbres de nuestro Señor para mantener encendido nuestro ardiente deseo de buscar Su presencia.
SI VAS A BUSCAR A DIOS, BÚSCALE DE RODILLAS
(Salmos 105:4) Buscad al Señor y su fortaleza; buscad su rostro continuamente.
Etiquetas: Devocional
posted by Prince and Gina Parker @ 2/05/2007 10:06:00 a. m.,
