Introducción: Cuando Cristo viajaba predicando el Evangelio del Reino del Cielo se encontraba con muchos opositores. Aún cuando obraba hermosos milagros algunos no recibían Su mensaje. Algunos querían tenderle trampas para acusarle y así parar la obra de Dios. Por esta razón Cristo comenzó a enseñar públicamente por medio de parábolas.

Repaso: La semana pasada hablamos del primer suelo: La semilla junto al camino. Este suelo representa “A todo el que oye la palabra del reino y no la entiende”. Los que son “junto al camino” son las personas que han endurecido sus corazones antes de oír la Palabra.

I.) La semilla que cayó en pedregales – El segundo suelo (Mateo 13:5-6 y 13:20-21).
A.) Este suelo representa a las personas que han sido movidos por sus emociones sin la verdadera convicción del Espíritu Santo obrando en sus vidas.
1.) Les parece muy bonita la música, el ambiente de la iglesia y muy bien puede ser que también les gusta la predicación de la Palabra.
2.) Muchas veces estas personas llegan de ser personas con toda la manifestación externa de un fiel creyente: Son constantes en su asistencia a las reuniones, participan en varias actividades de la iglesia y muchas veces hablan de otros del evangelio o de la iglesia.
B.) Aunque son personas abiertas al mensaje del evangelio, la Palabra de Dios nunca ha tomado raíz en sus vidas (Mateo 7:21-23).
C.) La tribulación (problemas o grandes dificultades personales) o la persecución es el gran purificador de la iglesia.
1.) Estas personas quieren servir a Dios porque creen que con Él nunca van a tener ninguna dificultad o problema. No sirven a Dios porque Él es Dios y es digno de todo honor, loor y servicio; sino porque simplemente quieren sacar algún beneficio propio.
2.) Ellos adoren y buscan a un dios de su propia fabricación, por esto, cuando la realidad de la vida destroza el concepto falso que ellos han abrazado de Dios, se quedan decepcionados y a veces concluyen que Dios no es justo (Éxodo 32:1-24).
3.) Por esto mismo, adorar a un concepto falso del Dios verdadero es pecado porque es igual que la idolatría... literalmente es adorar a otro dios y no al único Dios verdadero (Juan 4:21-24).

Conclusión: Los que se encuentran entre los pedregales se salvarán si se arrepientan de sus conceptos falsos de Dios y vuelvan a Él para adorarle y servirle en Espíritu y verdad.