
¡A que no se atreve!
Lectura: Salmo 119:41-48
(Salmos 119:43-44) “... yo espero en tus ordenanzas. Y guardaré continuamente tu ley.”
Escuché una historia de una iglesia pequeña que iba a celebrar una reunión. Un antiguo miembro que asistió a la celebración se había vuelto millonario. Cuando testificó de cómo Dios lo había bendecido con el correr de los años, contó un incidente de su niñez.
Dijo que cuando ganó su primer euro cuando era niño, decidió guardarlo por el resto de su vida. Pero entonces, un misionero visitante predicó acerca de la urgente necesidad que había en el campo misionero. Él luchó para decidir si debía o no dar su euro. "Sin embargo, el Señor ganó" --dijo el hombre--. Entonces, con cierto orgullo agregó: "Coloqué mi atesorado euro en el plato de las ofrendas. Y estoy convencido de que la razón por la que Dios me ha bendecido tanto es porque cuando era niño, le di todo lo que poseía." La congregación se quedó pasmada con este testimonio. . . hasta que una ancianita que estaba en el frente dijo en alta voz: "¡A que no se atreve a hacerlo otra vez!"
Detrás de esa historia hay una verdad vital: los logros del pasado no son una medida de la madurez espiritual presente. El Salmo 119:44 dice: "Y guardaré continuamente tu ley. . . ." El salmista sabía que necesitaba renovar su compromiso todos los días.
Los cristianos no podemos descansar en victorias pasadas. Debemos dar al Señor toda nuestra devoción ahora. Así, nadie tendrá que desafiarnos diciendo: "¡A que no te atreves a hacerlo otra vez!"
USA EL PASADO COMO TRAMPOLÍN, NO COMO SOFÁ.
(Filipenses 3:13-14) “Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, (14) prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”

Etiquetas: Devocional
posted by Prince and Gina Parker @ 2/10/2007 10:22:00 a. m.,