
(Mateo 6:13) 'Y no nos metas (no nos dejes caer) en tentación, sino líbranos del mal (del maligno). Porque Tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre. Amén.'
Conociendo las artimañas del enemigo, le derrotamos (Santiago 4:6-8).
I.) Satanás se esfuerza para ejercer influencia sobre las personas (Mateo 4:1)
Matthew 4:1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.
A.) Si conocemos las estrategias del enemigo, podemos dar la batalla (2ª Corintios 2:11) para que no nos gane Satanás; pues no ignoramos sus maquinaciones..
1.) La influencia de Satanás sobre una persona le lleva a obrar con error, aún siendo un creyente. Satanás ataca el mundo físico a través de instrumentos humanos (Efesios 6:12) porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra malicias espirituales en las alturas.
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II.) Satanás llega a influir, afligir o tomar dominio a una persona que le cede lugar (Efesios 4:27) ni deis lugar al diablo.
A.) Él obra sutilmente así que debemos estar alerta. Intenta establecer fortalezas en nuestra mente (2ª Corintios 10:3-5) Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; (4) porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas; (5) derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y trayendo cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo;
B.) Nuestro enemigo tiene varios propósitos y metas con su obra maléfica (Juan 10:10) El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
1.) Entorpecer la obra de Dios en nuestras vidas (2ª Corintios 11:2-3) Porque os celo con celo de Dios; porque os he desposado a un esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo. (3) Mas temo que en alguna manera, como la serpiente engañó a Eva con su astucia, así sean corrompidas vuestras mentes, de la simplicidad que es en Cristo.
posted by Prince and Gina Parker @ 11/16/2009 10:48:00 a. m.,
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¿Alguna vez usted ha deseado un día de 30 horas? Seguramente, ese tiempo extra liberaría algo de la tremenda presión en la que vivimos. Nuestras vidas dejan una senda de tareas incompletas. Cartas sin contestar, amigos que no visitamos y libros sin leer; cosas que se hacen presentes en los momentos menos indicados. Desesperadamente necesitamos ayuda, alivio.
¿CONFUSION DE PRIORIDADES?
Cuando nos paramos para evaluar, nos damos cuenta de que nuestro dilema es más profundo que un simple problema de tiempo. Básicamente, es un problema de prioridades. Un trabajo arduo no nos resulta pesado. Todos sabemos lo que es vivir aceleradamente por horas, totalmente involucrados en una tarea importante. El cansancio resultante es acompañado por un sentimiento de logro y gozo. No, el trabajo arduo no produce ansiedad, pero la duda y el temor sí lo hacen. Cuando revemos un mes o un año, nos invade la opresión de las tareas no cumplidas.
Algunos años atrás un gerente del cual yo dependía me decía: "Su mayor peligro es dejar que las cosas urgentes ocupen el lugar de lo importante". Este consejo a menudo vuelve a mi mente y me reprende por dejar sin resolver el crítico problema, causado por no establecer prioridades.
Vivimos en una constante tensión entre lo urgente y lo importante. El problema es que la tarea importante rara vez ha sido hecha hoy, o aún en esta semana. Horas extras de oración y estudio bíblico, una visita a ese amigo inconverso, el estudio minucioso de un importante libro, todos estos proyectos pueden esperar. Pero lo urgente llama a una acción rápida. Interminables presiones demandan tiempo a cada hora y cada día.
El hogar de un hombre no es más su castillo, no es más su refugio de lo urgente, porque el teléfono ha violado las paredes con imperiosas demandas. La momentánea atracción de estas tareas parece irresistible e importante, y ellas devoran nuestras energías. Pero a la luz de la perspectiva del tiempo, su importancia se apaga; con un sentido de pérdida recordamos lo importante que hemos dejado de lado. Nos damos cuenta de que somos esclavos de la tiranía de lo urgente.
"¿PUEDE USTED ESPERAR?"
¿Hay algún escape de este modelo de vida? La respuesta está en la vida de nuestro Señor. En la noche anterior a su muerte Jesús hizo un asombroso clamor. En la gran oración de Juan 17, El dijo: "He terminado la obra que me diste que hiciera" (v. 4).
¿Cómo pudo Jesús usar la frase he terminado? Sus tres años de ministerio parecen muy cortos. La prostituta en el banquete de Simón encontró perdón y una nueva vida pero muchas otras aún caminaban por las calles sin perdón y sin una nueva vida. Por cada 10 músculos secos que El volvió a la normalidad, cientos permanecían impotentes. Aun así en la última noche, con tantas tareas sin realizar y tantas necesidades urgentes, el Señor tuvo paz; El sabía que había concluido la obra de Dios.
Los evangelios manifiestan que Jesús trabajaba duro. Después de describir un día arduo, Marcos escribe: "Cuando llegó la noche, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que tenían enfermedades, y a los endemoniados; y toda la ciudad se agolpó a la puerta. Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; porque le conocían." (Mr. 1:32-34).
Aún así su vida nunca fue febril. El tenía tiempo para la gente. Podía pasar horas hablando con una persona, como con la mujer samaritana. Su vida muestra un maravilloso balance, un sentido del tiempo. Cuando sus hermanos querían que fuera a Judea, El replicó: "Mi tiempo aún no ha llegado" (Jn. 7:6).
BUSQUE INSTRUCCIONES
¿Cuál fue el secreto de la obra de Cristo? Encontramos la clave siguiendo el relato de Marcos sobre los días atareados de Cristo. Marcos observa que "de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba" (Mr. 1:35).
La muerte de Lázaro ilustra este principio. ¿Qué podría ser más importante que el llamado de María y Marta? "Señor, he aquí el que amas está enfermo" (Jn. 11:3). Juan registra la respuesta del Señor; paradójicas palabras: "Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando oyó, pues , que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba" (v. 5-6).
¡LA DEPENDENCIA, LIBERA!
La libertad de la tiranía de lo urgente es lo que encontramos en el ejemplo y promesa de nuestro Señor. Al terminar un vigoroso debate con los fariseos en Jerusalén, Jesús dijo a aquellos que creían en El: "Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres…De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.…Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres" (Jn. 8:31,32,34,36).
Muchos de nosotros hemos experimentado la liberación de Cristo de la condena del pecado. ¿Le estamos permitiendo hacernos libres de la tiranía de lo urgente? El señala el camino: "Si vosotros permaneciereis en mi palabra". Este es el camino de la libertad. A través de la meditación y oración en la Palabra de Dios nosotros ganamos su perspectiva.
P. T. Forsyth dijo: "El peor pecado es la falta de oración". Nosotros pensaríamos que es el adulterio, el crimen o el robo; pero la raíz de todo pecado es la autosuficiencia-independencia de Dios. Cuando dejamos de esperar en oración la guía y las fuerzas de Dios, estamos diciendo, con nuestras acciones, que no lo necesitamos. ¿Cuánto de nuestro servicio está caracterizado por "ir solos"?
Lo opuesto a tal independencia es la oración en la cual nosotros reconocemos nuestra necesidad de las instrucciones y el abastecimiento de Dios. Referente a la dependencia de Dios, Donald Naillie dice: "Jesús vivió su vida en completa dependencia de Dios, así como nosotros debemos vivir nuestras vidas. Pero tal dependencia no destruye la personalidad humana. El hombre nunca es tan verdadero y completo como cuando está viviendo en completa dependencia de Dios. Así es como la personalidad entra en su propia posesión. Esta es la humanidad más personal".
El esperar en oración es indispensable para un servicio efectivo. Así como el intermedio en un partido de fútbol hace que nuestro aliento vuelva y podamos marcar una nueva estrategia. Mientras esperamos las directivas de Dios, El nos libera de la tiranía de lo urgente. El nos muestra la verdad sobre El, sobre nosotros y sobre nuestras tareas. El imprime en nuestras mentes las tareas que El quiere que tomemos.
EVALUANDO…
El moderno hombre de negocios reconoce muy bien el principio de tomar tiempo para evaluar. Cuando Greenwalt era presidente de Dupont, dijo: "Un minuto pasado en planificar ahorra tres o cuatro horas de ejecución". Muchos vendedores han revolucionado sus negocios y multiplicado sus ganancias por dejar la tarea del viernes para planificar las principales actividades de la siguiente semana. Si un ejecutivo está demasiado ocupado para parar y planificar, al tiempo se encontrará reemplazado por otro hombre que sí toma tiempo para hacerlo.
El tiempo silencioso en meditación y oración al comenzar el día re-enfoca nuestra comunión con Dios. Nos vuelve a comprometer a su Voluntad mientras pensamos en las horas que seguirán. En estos momentos quietos, coloque en una lista, y en orden de prioridades las tareas que deben ser hechas, tomando en cuenta los compromisos ya contraídos.
También debe tratar de resistir a la tentación de aceptar un compromiso cuando la invitación viene por teléfono. No importa lo claro que el calendario pueda parecer en ese momento, pida un día o dos para orar y tener la guía del Señor antes de comprometerse. Llamativamente, el compromiso, a menudo, parece menos importante después que la voz suplicante se silencia. Si usted puede resistir la urgencia del primer momento, podrá estar en mejor posición para pesar el costo y discernir si es la obra que Dios quiere para usted.
Agregue a su tiempo devocional diario una hora por semana para inventario espiritual. Escriba una evaluación del pasado, anote todo lo que Dios le puede estar enseñando y planifique objetivos para el futuro. También trate de reservar un día por mes para un inventario similar de mayor alcance. Paradójicamente cuánto más ocupado usted esté, más necesitado estará de este inventario, aunque menos deseará hacerlo.
CONTINUE EL ESFUERZO…
A través de los años el gran esfuerzo continuo en la Vida Cristiana es la lucha por tener un adecuado tiempo diario para estar con Dios, realizar un inventario semana, y una planificación mensual. Desde ahora, por haber recibido órdenes que nos impulsan a la acción, Satanás tratará por todos los medios de desbaratarlos. Sin embargo, sabemos por experiencia que sólo por estos principios podemos escapar a la tiranía de lo urgente. Así es como Jesús triunfó.
Hace un tiempo las balas mataron a un hombre, el Dr. Paul Carlson. En la providencia de Dios la misión de su vida estaba terminada. La mayoría de nosotros podremos, a lo mejor, vivir más tiempo y morir más calmadamente, pero cuando el fin venga, ¿qué nos podrá dar mayor gozo que el estar seguros de haber terminado la obra que Dios nos dio? La gracia de nuestro Señor Jesucristo puede hacerlo posible.
Original publicado por Intervarsity Press,Tyrany of the Urgent, por Charles E. Hummel.© 1967 - Intervarsity Press of U.S.A.Traducción © 1984 Intervarsity Press.Traducido e impreso con permiso de IntervarsityPress, Downers Grove, IL 60515, U.S.A.Apuntes PastoralesOctubre – Noviembre / 1984Vol. II, número 3
Etiquetas: Meditación
posted by Prince and Gina Parker @ 11/01/2009 08:12:00 a. m.,
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