(Jeremías 29:11)
Introducción: Cada creyente necesita la obra de Dios para la restauración, sanidad y santificación continuamente en su vida. Cuando Dios trata con nuestro ser, se produce limpieza y liberación de nuestra alma y también de nuestro espíritu.
Repaso: La semana pasada hablamos de las ataduras espirituales que puedan entrar en nuestras vidas y si progresión degenerante: (1) La opresión. (2) La obsesión. (3) La compulsión. (4) La posesión.
¿Por qué debe tratar Dios con nosotros?
I.) Porque abre las puertas de todas las bendiciones que Él tiene para nuestras vidas (Hechos 3:26).
A.) Hay cosas que Dios ha puesto a nuestra disposición en la iglesia que son para nuestra gran bendición, pero muchas veces no echamos mano a ellas para nuestra liberación.
II.) Estas bendiciones son:
A.) El bautismo en agua; En el bautismo el Señor nos libera del pecado, maldiciones, etc., así como muchos egipcios murieron cuando Israel pasó el mar Rojo (Éxodo 14:21-28).
1.) El bautismo es el acto de una conciencia limpia ante Dios. ¡El hecho de que uno decide hacer algo y la mitad del camino hacia la victoria! (1ª Pedro 3:20-21).
2.) Esta decisión es de morir al pecado y el mundo (Romanos 6:5-8).
B.) La Santa Cena; Cuando participamos dignamente de la Santa Cena alcanzamos sanidad, fortaleza, vida y nos transmite la genética del Señor (1ª Corintios 11:27-32).
1.) La participación de la Santa Cena es una reafirmación de tu entrega al Señor Jesucristo porque se hace, “en memoria” de Él.
Conclusión: La liberación de nuestras almas es un don de Dios proporcionado por medio de la sangre que Cristo derramó en la cruz del Calvario.
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posted by Prince and Gina Parker @ 8/28/2007 11:54:00 a. m.,
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(2ª Corintios 7:1) “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
Introducción: Cuando Dios trata con nuestro ser, se produce limpieza y liberación de nuestra alma y también de nuestro espíritu.
Repaso: La semana pasada hablamos de tres agentes de limpieza de nuestras almas: (1) La sangre de Jesucristo. (2) La confesión de pecados. Una parte casi olvidado de la confesión de los pecados es la restitución. Cristo reconoció la restitución como parte del proceso con la confesión de Zaqueo: “…y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.” (Lucas 19:8). (3) Por la Palabra de Dios; Cuando escuchamos, leemos, meditamos y estudiamos la Palabra, ella nos libera, limpia, restaura es vida y Espíritu (Juan 15:3) (Efesios 5:26).
I.) Porque el trato de Dios ministra a nuestra alma: El alma es el trono de los sentimientos, la voluntad, el intelecto y es el lugar de la personalidad del individuo. El diablo puede engañar y atrapar por medio de estos sentidos (1ª Juan 2:15-17).
A.) El ejemplo lo vemos en Lázaro (Juan 11:39-44); Jesús hizo lo imposible (resucitarlo), y delegó a sus discípulos lo posible: desatarlo de las manos (figura de las obras), de los pies (figura de su caminar); y de quitarle el sudario (desatar la mente, limpiar sus pensamientos, ojos, hablar, oír)
B.) Estas ataduras son formas de esclavitud de las cuales Cristo vino a librarnos. Estas ataduras son fortalezas para nuestro enemigo. Son progresivas y se pueden manifestar en varias formas (2ª Corintios 10:3-5).
1.) La opresión: Limitación o supresión de la libertad o los derechos de una persona, país, pueblo, etc., mediante la violencia o el abuso de autoridad. Puede ser causada por espíritus inmundos que manipulan los sentimientos, pensamientos y emociones, activando recuerdos, miedos y problemas pasados.
2.) La obsesión: Idea, deseo o preocupación que alguien no puede alejar de su mente. Puede ser por medio de ideas malas que impiden que la mente procese ideas buenas.
3.) La compulsión: Tendencia obsesiva a la repetición de determinadas acciones. El enemigo puede tener control de la mente, los sentimientos, la voluntad y produciendo alucinaciones o delirios (Deuteronomio 28:28).
4.) La posesión: Apoderamiento u ocupación del espíritu del hombre por otro espíritu.
Conclusión: La liberación de nuestras almas es un don de Dios proporcionado por medio de la sangre que Cristo derramó en la cruz del Calvario.
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posted by Prince and Gina Parker @ 8/23/2007 04:34:00 p. m.,
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(2ª Corintios 7:1) “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
Introducción: Si hay algo que la iglesia de hoy necesita con urgencia, es permitir que Dios obre en cada uno de nosotros. No basta con decir que somos cristianos y que vamos a la iglesia. Cuando Dios trata con nuestro ser, se produce limpieza y liberación de nuestra alma y también de nuestro espíritu.
Aunque Cristo nos ha salvado con el lavamiento de Su sangre (1ª Juan 1:7), tenemos que recurrir a esta sangre continuamente para limpiarnos de las contaminaciones del contacto diario que tenemos con el mundo (Juan 13:10).
A.) La sangre de Jesucristo; El Señor derramó su sangre para nuestra salvación y ahora es rociada sobre nosotros para regeneración, limpieza y liberación de pecados (Efesios 1:7).
B.) La confesión de pecados; Esto es expresar todo peso y pecado a Dios y a las personas contra quienes hemos pecado para que nos perdone. También la Biblia nos recomienda confesar nuestras faltas a hermanos de confianza para que oren por nosotros. (1ª Juan 1:9) (Santiago 5:16).
1.) Una parte casi olvidado de la confesión de los pecados es la restitución. Cristo reconoció la restitución como parte del proceso del arrepentimiento cuando Zaqueo dijo, “…y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.” (Lucas 19:8) (Levítico 6:1-5) (Números 5:7).
3.) Por la Palabra de Dios; Cuando escuchamos, leemos, meditamos y estudiamos la Palabra, ella nos libera, limpia, restaura es vida y Espíritu (Juan 15:3) (Efesios 5:26).
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posted by Prince and Gina Parker @ 8/12/2007 06:14:00 p. m.,
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"El que encubre sus pecados no prosperará, mas el que los confiesa y los abandona hallará misericordia." (Proverbios 28:13)
Introducción: Si hay algo que la iglesia de hoy necesita con urgencia, es permitir que Dios obre en cada uno de nosotros. No basta con decir que somos discípulos del Señor Jesucristo. Es necesario vivir aquello que predicamos. Hacerlo es posible cuando Dios reina plenamente en nosotros. No será así hasta tanto adoptemos una disposición de renuncia a lo que consideramos "es lo más oportuno y apropiado" y dejemos que sea Él quien obre. Cuando Dios trata con nuestro ser, se produce limpieza y liberación de nuestra alma y también de nuestro espíritu.
¿Por qué debe tratar Dios con nosotros?
A.) Todos los cristianos necesitamos el trato de Dios, porque de una u otra forma hemos recibido contaminaciones en nuestra alma y nuestro espíritu. Estas contaminaciones incluso pueden haber dado lugar a crear leyes de pecado en nuestros miembros; y lo cual debemos anhelar ser libres, porque Dios nos llamó a libertad (2ª Corintios 7:1).
B.) La Biblia nos muestra que existen varias fuentes de contaminación que pueden afectar el alma y espíritu del ser humano, por ejemplo:
1.) Contaminación desde el vientre (Salmos 51:5). Este es un mal que ha plagado a la humanidad desde la caída (Romanos 5:12 y 19).
2.) Contaminación ancestral (Juan 9:2). La gente quería saber si había alguna maldición generacional en la familia o vida de este hombre.
a.) Es evidente que las herencias provenientes de los ascendientes con contaminaciones espirituales, afectan el buen desarrollo espiritual del cristiano, por eso leemos en 1ª Pedro 1:18: "Porque Dios los libró del inútil modo de vida que ustedes aprendieron de sus antepasados." Otra traducción dice así: "Pues Dios los ha rescatado a ustedes de la vida sin sentido que heredaron de sus antepasados.".
3.) Contaminación por demonios o espíritus inmundos (Efesios 4:27). Ceder lugar a los espíritus malignos ocasiona un sin número de males en nuestras vidas.
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posted by Prince and Gina Parker @ 8/12/2007 06:02:00 p. m.,
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